viernes, 16 de junio de 2017

Sebastián Oria, reportero gráfico del torneo nacional:

“Cuando logras que tu ojo sea una cámara estás componiendo todo el día”

Con varias capas de abrigo por el frío otoñal, y viéndose alto aun estando sentado en una de las mesas de un local del mall Costanera Center se encuentra Sebastián Oria. Oriundo de Quilicura, el fotógrafo y estudiante de ingeniería comercial de 24 años deja ver su barba tras su bufanda al beber un sorbo de su café y se dispone a contar su experiencia fotografiando al equipo de sus amores: la Universidad de Chile.

¿En qué momento empezó a interesarte la fotografía?
Yo soy un sujeto de cancha, toda la vida he ido al estadio y me apasiona la “U”, y siempre veía a esos caballeros con sus “tubos blancos” y me llamaba la atención lo que hacían. Fui creciendo y ya a los 18 años pude comprarme mi cámara, muy básica, pero así me fue picando cada vez más el bichito de la foto, pero antes de llegar a ser fotógrafo deportivo trabaje en la producción de la radio Todo Bulla, ahí me acreditaron como periodista. Por ese medio fui a un partido de la Copa Libertadores el año 2013 y entré de colado, sin saber los protocolos, sin conocer a ningún fotógrafo, sin saber nada; de hecho en ese primer partido el cuarto árbitro me quiso echar de la cancha porque no sabía dónde pararme (ríe).

¿Has trabajado con otros temas?
Trabajo harto foto de productos, pyme, restaurantes, recitales, diversas cosas. Me tocó viajar con la selección el año pasado en mi primera experiencia trabajando para agencia, fue algo entretenido.

¿Cómo ha sido trabajar retratando al equipo que alientas?

Es un sentimiento bien extraño. Yo era bastante pasional en el tema de la “U”, pero trabajando ya con esto se te enfría un poco el sentimiento y se te hace más racional, en el sentido de que si alguien te dice “oye tu equipo es malo”, está bien, es fútbol, el fútbol es cíclico. Ahora, trabajar con esto te hace vivir otras cosas, como la posibilidad de gritar los goles con los jugadores, el sentir los pasos en el pasto es algo impresionante. Lo mismo que sentir lo que siente el jugador en la cancha, porque no es lo mismo escuchar los cánticos en la galería que en el centro de todo.

¿Cómo llevas la relación con los jugadores estando tan cerca de ellos?
Por ejemplo, yo no tengo fotos con jugadores, sólo con Gonzalo Espinoza porque tuvimos como un feeling cuando lo presentaron y al fin y al cabo se hizo una amistad. Pero los jugadores llegan a ser compañeros de trabajo tuyos, entonces tienes que estar siempre con una altura de miras, aunque sea la única vez en tu vida que lo vas a ver. Ha habido jugadores que quizás no vuelva a ver, como Luis Suárez o Radamel; son jugadores que a la semana de que les tomaste la foto los estás viendo en el Sport Center. Es muy lindo trabajar con esto, te hace ver el fútbol de otra forma.

¿Has tenido alguna influencia o modelo a seguir?
Yo nunca estudié fotografía, pero uno de mis primeros acercamientos a ella fue gracias a uno de mis mejores amigos, el Matías González. Él es fotógrafo de bodas y lo ha dejado todo para dedicarse a su arte, con 24 años se pasea por Nueva York y los mejores hoteles de Estados Unidos de costa a costa. También me centro en el trabajo de otros fotógrafos, intento meterme en la cabeza de ellos, intentar captar como se tomó tal foto, si ocuparon el ISO en tanto, el diafragma en tanto, la velocidad de obturación en tanto. Al fin y al cabo, cuando logras que tu ojo sea una cámara tú estás componiendo todo el día. El ojo del fotógrafo es muy crítico, así uno va aprendiendo en esto que es tan abstracto. Acá no hay una foto correcta o incorrecta, si tu foto transmite y quien la recibe entiende lo que querías transmitir puedes darte por pagado.

Me dijiste que no estudiaste fotografía, pero igual manejas hartos aspectos técnicos.
Eso se va aprendiendo con el tiempo, disparando y viendo fotos. Además tienes que tener una buena relación con tus colegas como en todo ámbito; si están ahí antes que tú es por algo, y si todavía se mantienen ahí también es por algo. Igual hay muchos viejos que llevan años en esto y que a nosotros los pendejos te hacen ser más celoso de su técnica y solo te queda ver su trabajo final. Pasa que te discriminan por no haber estudiado la fotografía, pero hay tantos casos de querer es poder y de ser autodidacta, de formarte tú el ojo crítico y agudo.

¿Cuál consideras como tu mayor logro a lo largo de tu carrera?
La verdad yo nunca pensé que mis fotos iban a estar publicitadas en un quiosco, ir por la calle y verlas. Como te digo, yo no estudié esto, llegué de puro metido y en general yo soy muy movido, estudio, trabajo y además está la foto, y las tres cosas las quiero hacer bien. Entonces llegar a ver tu foto publicitada en una revista o como portada es algo que quizás ves reservado para quienes ya están apitutados o en grandes agencias. El tema es que uno tiene que hacerse un espacio; pero para mí, ver una revista física en la calle y que en los créditos diga Seba Oria era fascinante. Cuando llegó esa revista al negocio que está cerca de mi casa quedé shockeado, que lo que uno logra transmitir llegue a ser materializado es muy lindo.


Terminándose la conversación, Sebastián se levanta y se despide sonriente, no sin antes dejar en claro que ha cumplido sus metas cercanas, y que las próximas se encuentran principalmente en otros deportes y en el mundial de Qatar. No piensa de aquí a diez años más, sino que lucha por sus ideales a corto plazo.

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